lunes, 19 de diciembre de 2011

¿Herencia producida o adquirida?

“El mundo es dinámico y está en continua evolución”. Ésta es una afirmación que tanto Darwin como Lamarck tenían por verdadera, aunque ambos la desarrollaran en sus teorías de forma diferente.

Charles Darwin
Por una parte, Darwin creía que el cambio evolutivo es el resultado del proceso de la selección natural. Este proceso consta de dos fases: la primera es la producción de variabilidad en cada generación; siendo la segunda la selección a través de la supervivencia por medio de la lucha por la existencia. Es decir, en un momento determinado, un individuo de una especie sufre una mutación genética, la que transmitirá a su descendencia. Habiendo de esta manera, dos tipos de individuos, según las necesidades, sobrevivirán unos u otros.

Jean-Baptiste Lamarck
En cambio, Lamarck afirmó que en todos los organismos existe un impulso interno que les lleva instintivamente hacia su perfeccionamiento. Debido a los cambios que se producien en el ambiente, los organismos se ven obligados a utilizar más o menos ciertos órganos. Por este uso o desus, se produce la formación, debilitación, desarrollo o atrofia y desaparición de dichos órganos, lo que provoca alteraciones o cambios en la constitución de los individuos. En este punto surge la frase lamarckiana de "la función crea el órgano". Lamarck cree que estas alteraciones son heredables.


La teoría de las jirafas:



Darwin siempre pensó que la variabilidad se produce en las poblaicones de cada generación. Esta variabilidad hizo aparecer entre las antiguas jirafas, individuos con el cuello y las patas delanteras más largas, caracteres que se transmitieron a su descendencia. En condiciones normales, afirma Darwin, este hehco no produce ventaja alguna, pero cuando comenzó a escasear el alimento, sólo aquellas que alcanzaban las copas más altas sobrevivieron convirtiéndose en la especie única de la población. Estos cambios propuestos por Darwin, se producen siempre en el material genético (ADN).

Por su parte, Lamarck cree que en el momento en que los arbustos y las hojas bajas de los árboles comenzaron a escasear, por un impulso interno, las jirafas estiraban cada vez más el cuello y las patas delanteras apra alcanzar niveles superiores. Estos estiramientos o alargamientos se heredaron de generación en generación y durante millones de años han conducido a la forma de la especie actual.

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